“…Sobre estas altas plataformas -muchas de las
cuales tienen una longitud de cien metros- construyeron sus templos. Desde allí
tenían acceso al cielo, las nubes, la brisa y a esa gran planicie abierta en
que, de pronto, se había convertido el anterior tedio selvático.
Gracias a este artificio arquitectónico cambiaron
totalmente el paisaje y dotaron a su experiencia visual de una grandeza sólo
comparable a la grandeza de sus dioses.
…También
en la India y en Oriente, sin olvidar las acrópolis y el Medio Oriente, muchas
plataformas maravillosas
de diferentes tipos constituyen la base de composiciones arquitectónicas
magníficamente concebidas.
… El piso, en las casas
tradicionales japonesas, es una delicada plataforma tratada como si fuera un
puente. Es algo así como la tapa de una mesa. Es un mueble… aquí uno se siente
como si estuviera parado sobre un pequeño puente de madera, dimensionado sólo
para sostener nuestro peso y ni una brizna más…”
(Jörn Utzon)
Como bien apunta Alberto Campo Baeza en su obra “Pensar
con las manos”,…”El plano principal, el “piano nobile” aparece como una
alfombra flotante, o como una mesa cuando en la Arquitectura se pretende esa “flotabilidad”
como Mies o Le Corbusier lo hacen en algunas de sus más paradigmáticas obras.
La plataforma flotante de la Farnsworth House (balsa la hemos llamado) o de la Villa Savoye (cubierta de barco la hemos
llamado) son claro ejemplo del plano horizontal elevado flotante. Algo que sólo
es posible con el acero o con el hormigón armado…”
Casa Farnsworth, Mies van der Rohe, 1950 |
Villa Savoye, Le Corbusier, 1929 |
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